Balbuceando sobre Dios
Miles de palabras, cientos de imágenes y nada. Trato de explicar a Dios y cuanto más lo intento más me confundo. Quizá es tiempo de callar sobre Dios y descubrirlo en el silencio. En esa actitud donde me descubro ignorante. Desde siempre la humanidad ha intentado darle una explicación a lo desconocido, al tremendo misterio que inunda nuestras limitaciones. Entonces, comenzamos a hacer imágenes, ilustramos lo desconocido por medio del arte: pintamos, esculpimos y hacemos música tratando de crear al Creador. Y esto no nos conforma, nos parece incompleto. Entonces seguimos intentando, ahora por medio de las palabras. Los sermones, las predicaciones y montañas de libros tratando de suplir esa imperiosa necesidad de darle forma a eso que llamamos Dios. Y continuamos intentando hacerlo tangible todos los días, pero parece un imperioso trabajo que nos llevará, sin duda, a fracasar. Porque Dios se nos escapa de las manos como el agua entre los dedos. Cruces, símbolos, iconos, escul...